lunes, 10 de diciembre de 2012

Sinopsis personal:
Japón, siglo XII. En Kioto, bajo las puertas del derruido templo de Rashomon, se guarecen de la torrencial lluvia un leñador, un sacerdote budista y un peregrino. Los tres discuten sobre el juicio a un bandido, acusado de haber dado muerte a un señor feudal y violado a su esposa. Los detalles del crimen son narrados desde el punto de vista del bandido, de la mujer, del señor feudal -con la ayuda de un médium- y del leñador, único testigo de los hechos.
Ficha técnica y artística:

Título: Rashômon
Título original: Rashômon
Dirección: Akira Kurosawa
País: Japón
Año: 1950
Duración: 88 min.
Género: Criminal, Drama, Intriga
Reparto: Toshirô Mifune, Machiko Kyô, Masayuki Mori, Takashi Shimura,


Minoru Chiaki, Kichijiro Ueda, Fumiko Honma, Daisuke Katô
Distribuidora: Los Films del Búho
Productora: Daiei Studios
Dirección: Akira Kurosawa

Diseño de producción: So Matsuyama
Fotografía: Kazuo Miyagawa

Guión: Akira Kurosawa, Shinobu Hashimoto
Montaje: Akira Kurosawa
Música: Fumio Hayasaka
Producción ejecutiva: Masaichi Nagata

Filmografía de Akira kurosawa:
Como sabréis, el pasado martes se cumplieron cien años del nacimiento de uno de los más grandes directores de toda la Historia. El 23 de marzo de 1910 nacía en Tokio Akira Kurosawa, “El emperador”, el maestro japonés más occidental, el responsable de obras de arte tan influyentes como ‘Rashomon’ (1950) Descendiente de auténticos samuráis, Kurosawa empezó su relación profesional con el cine en 1938, cuando se interesó por un programa de aprendiz de director organizado por un gran estudio, el mítico Toho. Tras trabajar como asistente de Kajiro Yamamoto, en 1943 tiene su primera gran oportunidad dirigiendo ‘La leyenda del gran judo’ (‘Sugata Sanshiro’), una película propagandística que obtuvo un gran éxito de público; inevitablemente, los inicios del cineasta están marcados por la segunda gran guerra y el control del gobierno japonés Siete años tras su primer film se estrenó ‘Rashômon’, ganadora del León de Oro en la Mostra de Venecia y de un Oscar honorífico es el título con el que Kurosawa empieza a ser conocido y venerado internacionalmente. De fuerte carácter, con fama de gran perfeccionista en los rodajes y admirador confeso de John Ford, el japonés fallecería el 2 de septiembre de 1998, cinco años después de su último trabajo, ‘Madadayo’.

Crítica:
Película del maestro japonés Akira Kurosawa caracterizada por su utilización de los flashbacks y por una pesimista visión de la condición humana, creadora de un mundo de desconfianza y egoísmo en búsqueda constante de redención. Con la última mirada objetiva vamos perfilando como los flashbacks contradictorios confeccionados desde las diferentes perspectivas de los protagonistas principales de los hechos acaecidos están desarrollados bajo posiciones emocionales como el odio y resentimiento, la fortaleza supuesta a una condición y el sentimiento de culpa y/o sumisión.
La inteligencia de Kurosawa en la creación de los referidos flashbacks exhibe su genialidad como narrador. La historia maneja una penetrante intriga contada con un sugerente contraste de serenidad y viveza, tensión y tranquilidad.
La realización y fotografía son extraordinarias y la creación de Toshiro Mifune, incorporando a un bandido de risa floja, resulta excepcional. Todos los flashbacks son verdaderos tratados de cómo realizar una historia con sentido fílmico, pero dos de ellos contienen una magia cinematográfica especial: el narrado por la mujer del asesinado, que mantiene en un estado cuasi enloquecido una intensidad fuera de lo común cuando la esposa no puede soportar la mirada de su ultrajado marido, y el descrito por el propio fallecido vía médium, de un magnetismo prodigioso.